Colectivo Trimex: «La búsqueda final es generar una atmósfera única»
Trimex es un colectivo artístico chileno que vincula en su trabajo arte, tecnología, diseño y arquitectura, creando experiencias inmersivas a través de distintas herramientas electrónicas, incluyendo la programación. Sus instalaciones destacan por el uso del arte lumínico y el rol fundamental que tiene el sonido, el que trabajan «como una dimensión que le da profundidad y relato temporal a las obras».
A través de los años que llevan juntos han conseguido crear un lenguaje propio a partir de su original aproximación a técnicas de vanguardia, siempre en contexto con la actualidad y el estado del arte de la tecnología. El colectivo lo componen Andrés Terrise (a.k.a Andrew), director de arte y tecnología; Juan José Aldunce (a.k.a Jota), director de arquitectura, que integra diseño, conceptualización y montaje físico de proyectos; Roy Macdonald, director de investigación, desarrollo y codificación, a cargo de las estructuras digitales, coherencia artística y conceptual.
Conversamos con Andrew y Jota sobre sus aproximaciones a la creación y las temáticas que están abordando, donde se destaca la vínculo entre los humanos y la tecnología, como en su última instalación Trans Humano que se puede visitar en su sitio web.
RM: Su trabajo artístico se destaca por el diseño lumínico, ¿cuáles son las características expresivas y funcionales de la luz para lo que buscan?
T: Nuestro trabajo lo clasificamos como «Arte Electrónico», ya que trabajamos con herramientas electrónicas en general: computación, cables, electricidad, programación entre otrxs. En general se reconoce nuestra obra por su dimensión dentro del arte lumínico o instalaciones lumínicas, sin embargo, nuestro trabajo apunta a la multiplicidad de uso de herramientas tecnológicas. Muchas veces acudimos a la dimensión lumínica ya que es una buena manera para el uso de contrastes en umbra/penumbra y para hacer aparecer o modificar la dimensión de los espacios, modificando la experiencia de usuario.
RM: Son un colectivo con varios años, ¿cuál es el lenguaje Trimex, qué es lo que los define?
T: Nuestro lenguaje se referencia en la cultura cyberpunk con influencia directa a la ciencia ficción. Ocupamos el alto contraste y el imaginario de la utopía/distopía como elemento central tanto en estética como en oficio.
RM: En el diseño de una experiencia inmersiva, ya sea performance o instalación, ¿qué es lo que no puede faltar? y ¿qué es lo que esperan provocar?
T: La búsqueda final es generar una atmósfera única. Lograr el efecto de memoria a través de la experiencia en vivo de una atmósfera solemne, que mitifica. Somos muy meticulosos en el registro de video y fotografía que cumplen la misión de capturar la imagen y lograr una representación. Aun así, creemos que no llega a la experiencia presencial de habitar nuestras obras. Es esta la razón por la que usualmente no repetimos obras, ya que son fijadas a un momento tiempo/espacio en específico, donde la obra site-specific es la tipología más adecuada para nuestras instalaciones.
RM: ¿Cómo es el proceso de creación y diseño de los distintos proyectos?
CT: Cuando conceptualizamos proyectos, trabajamos desde atrás para adelante, es decir, el espacio y el punto de vista acusan la necesidad de intervención de una manera específica. Aquí aparece la necesidad, desde la música, la instalación de sitio en específico o la obra instalativa permanente. Para cada una de las tipologías de proyecto tenemos un proceso y una manera de abarcarlo dependiendo del espacio y sus características.
RM: ¿Cuál es su enfoque de aproximación a tecnologías de vanguardia?
T: Nuestro enfoque siempre ha sido una línea, sobre todo, investigativa en torno a la ciencia y la tecnología aplicada al arte. Estamos en constante investigación de las herramientas disponibles para resolver cada una de nuestras necesidades. Cuando no encontramos la herramienta adecuada para solucionar técnicamente una obra, buscamos fabricarla. En este punto es cuando desarrollamos y creamos algo nuevo, como ejercicio de búsqueda de vanguardia por medio del estudio y desarrollo de soluciones tecnológicas de uso específico.
RM: En su último proyecto Trans Humano se reflexiona sobre el vínculo entre el humano y las tecnologías, ¿hay otras temáticas que quieran abordar?
T: Si, usualmente es más de una. Nuestro tema hoy sigue siendo el trans humano, donde se relaciona la emoción y el espíritu por medio de la tecnología. Pensamos que aludiendo a obras de ciencia ficción como «Animatrix» es posible pensar en un caso inverso, en cómo la máquina puede trascender a lo humano, basado en tecnologías como la Inteligencia Artificial, que ya tiene la capacidad de madurar y adquirir, dentro de su lenguaje, las capacidades emocionales humanas.
Nos interesa abordar temáticas que ponen en tensión la relación simbiótica entre humano, tecnología y contexto. Por ejemplo, la visibilización de la capacidad de los sistemas de seguridad de recolectar y cruzar datos para vigilancia y control. Por otro lado, hemos estudiado cómo las condiciones ambientales del contexto modifican el actuar humano y evidencian cómo se está deteriorando el entorno natural donde vivimos, convirtiendo esta problemática en materia de proyecto.
RM: ¿Tienen nuevos proyectos?
T: Estamos prontos a iniciar una residencia con Ottavio Berbakow (pionero y referente música electrónica en Chile). Trabajaremos con un brazo robot que será controlado a través de impulsos de sonido. Es un proyecto secreto que presentaremos a finales de octubre.