Los textiles naturalistas de Isabel Infante: creaciones que hablan de biodiversidad, cultura y territorio
De espíritu naturalista, Isabel Infante investiga y explora los distintos territorios donde ha vivido, como Chile y México, relevando su biodiversidad y las especies vegetales desde una mirada ecosistémica, destacando sus propiedades e interacción con el territorio. En su libreta de campo, dibuja, ilustra y guarda registro de sus observaciones y de sus procesos textiles marcados por la exploración. Estos abarcan la experimentación con tintes naturales –su trabajo se enmarca en volver a lo sustentable-, la investigación de las distintas fibras vegetales nativas, sus posibilidades y usos, y también el factor cultural, aprendiendo sobre las técnicas y saberes tradicionales con que se trabajan estas fibras.
Este camino que mezcla diseño, arte, artesanía y naturaleza, comenzó para Isabel a través de la ilustración y el diseño de patterns, con la primera marca que creó luego de estudiar diseño en la Universidad Católica. Se llamaba Flor De Chile y en sus productos retrataba especies del patrimonio natural chileno según su ecosistema específico, la vegetación de la costa, del norte y del sur de Chile. Luego se fue a estudiar un Master en Textiles en la Universidad de las Artes de Londres, donde su práctica se expandió hacia al arte y al proceso autoral, profundizando en su visión personal al crear piezas textiles, marcadas por la ecología y la biodiversidad. Para ella es crucial, sobre todo en esta época de crisis ambiental, buscar opciones naturales para la industria textil.
Luego vino su paso por México que la marcó por su espíritu creativo y la forma de innovar que tienen «respetando la tradición, los saberes tradicionales», cuenta Isabel. Allí concretó sus investigaciones de tintes naturales y fibras vegetales nativas, realizado viajes exploratorios para conocer las distintas plantas que dan lugar a las fibras que protagonizan objetos en cestería y textiles, cada una con un trasfondo y técnicas distintas, como la Palma, el Oyamel, Bejuco, Sansevieria, Algodón, Jipijapa, Lechuguilla y Henequén (sisal). Estos conocimientos la llevaron a desarrollar su último trabajo (en telar de pedal) que ganó Mención Honorífica por “concepto” en el Salón Inédito de la Design Week México en 2021. Coatl y Ki, una alfombra y un tapiz en base a henequén (agave sisalana), fibra originaria de Mérida que antes del plástico era el material con que se realizaban las cuerdas en el mundo cuenta Isabel. “En Ki, el tapiz, se muestran las fibras del henequén en su estado puro y en Coatl, la alfombra, se expone como cuerda”. En el tapiz buscó resaltar el henequén en distintos estados, eligiendo su forma más elemental para los extremos, algo que no es usual ver.
Conversamos con esta diseñadora, artista e investigadora textil, sobre la evolución de su trabajo artístico y en diseño, sus métodos de investigación y procesos y lo que se viene ahora que acaba de radicarse en Miami, otro ecosistema para observar y explorar.
RM: La relación con la naturaleza y el territorio local ha estado presente desde Flor de Chile en tu trabajo, ¿cómo se revaloriza el patrimonio natural a través del diseño?
II: Siempre me ha interesado explorar y expresar desde el territorio local, por la idea de que se valora y conserva aquello que se conoce, y desde el diseño y el arte hay muchos caminos para tratar estos temas. En mis patrones, proyecto que comenzó como Flor de Chile y que hoy por la evolución que ha tenido llamo Serie Ecosistemas, voy comunicando por medio de la representación visual ciertas especies específicas asociadas a un territorio. Pienso que al re-presentar, al mostrar de una nueva forma aquello que existe en la naturaleza, hace que quien esté observando lo vea bajo un nuevo prisma. En ese trabajo es crucial que el diseño está pensado como patrón, es decir, ilustraciones en repetición con ritmos y espacios que aluden a la interacción de especies de cada lugar en un mensaje sobre la diversidad y la interdependencia biológica.
Luego, las exploraciones sobre tintes naturales y fibras vegetales, hablan del reconocimiento del territorio y la biodiversidad, con una búsqueda similar a quienes trabajan con biomateriales, de entender el territorio, buscar alternativas sustentables a los materiales que usamos, de reflexionar sobre la estandarización material que existe por la industrialización. Y entonces por medio de mi investigación me interesa ir exponiendo esa diversidad.
RM: ¿Cómo pasaste del diseño más centrado en ilustración y patterns al telar y las fibras? ¿Qué es lo que te llamó la atención del arte textil?
II: La verdad es que ambos los aprendí más o menos a la par, pero públicamente el trabajo que más expuse fueron los patterns. Los dos responden a una forma de pensar textil, que me fascina, porque en ambas disciplinas se trabaja mucho con la repetición y el ritmo.
Por un lado, los patterns se crean multiplicados, se piensa en cómo va a funcionar una ilustración repetidamente y cuáles van a ser los ritmos que van a haber en esa imagen. Por otro lado, en el telar, un textil se crea por el orden de repetición de los hilos. Tejer a telar tiene una lógica matemática, en que tienes que calcular la matriz del tejido y luego vas ocupando esa retícula para poder crear lo que quieras y eso me encanta. Algo que disfruto muchísimo es sentarme al telar e ir probando diferentes alternativas de ritmos y texturas, basadas en el pensamiento previo que hubo.
RM: ¿Crees que tu práctica evolucionó luego de estudiar el Master en Textiles en la Universidad de las Artes en Londres? ¿Qué líneas abrió en tu trabajo?
II: Sí, la verdad es que evolucionó bastante porque yo venía con una lógica de pensamiento desde el diseño, pero esta al ser una maestría en arte me abrió a pensar desde un espacio más personal/autoral. Por otro lado, la maestría era en textiles sustentables, entonces estudié sobre los procesos de producción industriales, sobre la contaminación – justo yo había postulado por mis reflexiones sobre los desechos en la industria textil- y entonces esta maestría me llevó a pensar en diferentes alternativas posibles para evolucionar hacia una producción textil circular y consciente con el medioambiente. A partir de eso, mi trabajo ha profundizado su carácter narrativo, en cuanto a visión personal, y a la vez, sobre ecología y biodiversidad relacionado a los textiles.
RM: Has realizado una gran investigación sobre técnicas tradicionales textiles y también sobre materias primas que vienen de la naturaleza, tintes, fibras naturales, especies vegetales, ¿cómo vas adquiriendo estos conocimientos? ¿tienes alguna metodología para investigar?
II: Me gusta mucho trabajar la idea de series, de ir sumando poco a poco conocimientos y trabajo. Como en todo, son ideas que tengo dando vueltas por un tiempo (¡a veces bastante tiempo!) hasta que ya decido abordarlas. En el caso de los tintes naturales, había leído, tomado algunos cursos y escrito un artículo para Ladera Sur sobre el tema y luego en México observé la inmensidad de colores logrados con flora y fauna local, por lo que decidí ponerme a teñir. Me puse como objetivo una vez al mes investigar un tinte e ir registrando ese proceso con ilustración y texto complementarios. Lo bonito es que todo empezó con la recolección de Cempasúchil (Tagete), la flor que se ocupa para día de muertos, que tiñe de un amarillo oro precioso y que recolecté de altares cuando ya terminó la fiesta.
Luego, la siguiente serie sobre fibras vegetales, derivó del trabajo anterior y de mis observaciones de la artesanía mexicana. También la he ido trabajando con ilustración, texto y recolección del material y poco a poco he ido armando una biblioteca de fibras cada vez más rica. Creo que el formato serie me acomoda porque puedes ir sumando trabajo de a poco con un tema de interés que te guía, me pasa que siempre estoy leyendo e investigando, pero es al registrarlo, ilustrarlo y escribirlo, que realmente lo incorporo.
RM: Perteneces a una nueva generación de tejedores y artistas textiles, ¿cómo se integra tu mirada como artista contemporánea a este arte que está basado en técnicas textiles tradicionales?
II: Ha sido muy interesante observar cómo ha crecido la expresión textil en el arte, hace unos años hicimos una investigación que llamamos Crónicas Textiles, junto a la historiadora del arte Josefina de la Maza, investigamos momentos del arte textil en Chile e hicimos entrevistas a artistas para difundir y profundizar en su obra. Desde eso que fue hace unos 5 años, he observado cómo ha aumentado el arte textil como medio de expresión y también el interés por este, sólo basta observar cómo se le reconoce actualmente a Cecilia Vicuña.
Quizás pasa que lo textil siempre estuvo relacionado a textiles tradicionales, a la artesanía y temas más utilitarios y no tanto al arte contemporáneo… pero para mí, la verdad, lo que me atrae es aprender y reconocer esa sabiduría. Existe tanto conocimiento tras cada pieza, que habla de tejido, pero también de materiales, te lleva hasta la forma en que se obtienen, cultivos, tratamientos, etc. Esto se ve especialmente en la artesanía, donde un objeto te puede hablar de todo un territorio, de su naturaleza y de las costumbres de ese lugar. Entonces me parece que sólo queda aprender de todo eso, los seres humanos somos parte de un contexto y creo que es interesante e importante reconocerlo.
RM: Hay mucha experimentación en tu obra textil, ¿qué es lo que te mueve cuando creas una colección?
II: Creo que la búsqueda está guiada por registrar la naturaleza y las prácticas culturales asociadas a ella. Eso cruza mi trabajo en los patrones, los materiales y los tintes. Al trabajar en alguna serie o pieza, siempre hago una investigación del material y entonces empieza a surgir su historia, sus propiedades y así de a poco se me empieza a ocurrir en cruce con las posibilidades textiles, qué es aquello que quiero destacar. Por ejemplo, en el caso de Ki, que es un tapiz, que tiene en el centro una urdimbre de algodón y por los lados aparece la trama de henequén ahí justo lo que busqué, fue mostrar el henequén muy vistoso, mostrar su brillo y caída, la belleza de este material que usualmente se ocupa para hacer cuerdas.
Últimamente he estado reflexionado mucho sobre los procesos de adaptación y la evolución, entre el cambio climático y que me he estado moviendode país de residencia, me gusta mucho observar las plantas. Lo que me interesa es que tienen un proceso e inteligencia de adaptación de siglos y a la vez de segundos del entorno en el cual viven. Me gusta observar sus formas, tejidos y estructuras y entender a qué se deben.
RM: ¿Cómo influenció México tu trabajo? Por ejemplo, ¿en tus obras Coatl y Ki?
II: Muchísimo, México es un país con una cultura muy vasta y profunda, es una cultura viva que se actualiza desde su origen, pero a la vez con mucha libertad, y esto es un territorio fértil para ideas y posibilidades. Me gustó y resonó mucho de México la idea de innovar reconociendo el pasado, eso se ve desde el diseño y el arte hasta la gastronomía y la música.
Fue viviendo allá que hice la investigación sobre tintes naturales primero y luego empecé la de fibras vegetales, investigaciones que surgieron luego de observaciones de objetos en los tianguis (ferias) y en diferentes artesanías. Luego fue crucial visitar el Museo de Arte Popular en repetidas ocasiones y ahí entender e investigar sobre artesanías, sus territorios y fibras naturales relacionadas a ellos. En eso llegué al henequén que es la fibra con la que -antes de la era del plástico- se hacían todas las cuerdas del mundo, proveniente de la península de Yucatán. En un viaje a Mérida conocí su proceso e historia, entonces me traje un fardo gigante de henequén y me decidí a trabajar con eso. Y luego con la participación en el salón Inédito 2021 de Design Week México, decidí trabajar en un formato más grande. Coatl, serpiente en náhuatl, es el nombre para la alfombra cruzada por una cuerda sinuosa y Ki, es el vocablo maya para sisal que se destaca en ese tapiz.
En México también se mantienen activos muchos oficios, entonces para desarrollar Coatl viajé a Oaxaca, específicamente a Teotitlán del Valle, donde trabajé con los tejedores Carmela y Pedro. Ellos me ayudaron muchísimo en poder llevar mi experimentación a un formato más grande en sus telares. A la vez fue un intercambio muy bonito de poder ir dialogando para llegar a un resultado final que evolucionó desde una idea inicial a algo fruto de las técnicas y visiones conjuntas, y eso fue un proceso muy interesante.
RM: Finalmente, ¿hacia dónde quieres llevar tu práctica en esta nueva etapa en Miami?
II: Actualmente estoy exponiendo en una galería y trabajando en una colección para una tienda acá, me gusta del textil que puede derivar en diferentes resultados y justo esa es la idea que quiero perseguir en esta nueva etapa. También, desde mi arribo a Miami me he puesto a observar el ambiente tropical que me rodea. La exuberancia, el tamaño de las hojas, de las semillas, de todo el material vegetal que crece sin parar, me atrae muchísimo. Esas observaciones las estoy cruzando con el textil y las exploraciones en materiales y veremos en qué deriva eso, creo que también me gustaría buscar la forma de enseñarlo.
Instagram: @isabelinfante