Estudio Repisa: Un proceso creativo donde el otro es bienvenido

¿Has autoexplorado tus páginas?

¿Y si navegamos nuestras profundidades?

¿Tu forma de pensarte es dibujable?

Me agita el ánimo de disponer espacios de contentura, escucha y afectividades. Abrir más preguntas que fatigar respuestas, crear un campo (aún siendo milimétrico) donde quien llegue pueda sentirse que está incluido.

Hacer fanzines, hacer poesía colectiva, armar afiches, conversar frente a un dibujo que ilumina con sus colores y poder hacerlo sola, de a dos, en grupo, con tus familiares o amigues porque los materiales están a libre disposición, es algo que me hace vibrar.

¿Por qué? La artista gráfica Corita Kent decía, “hay en el proceso creativo una energía que pertenece al ámbito de esas energías que son capaces de estimularnos, unirnos y armonizarnos a todos. Esta energía la llamamos Hacer”.

En mi última exposición “Tren Editorial: Sistema de Autofabricación” *, dos lienzos te reciben antes de entrar y dicen: Pensar Haciendo. Al interior, armé un pañol de herramientas editoriales para autogestionar las búsquedas de cada persona que visitaba la muestra. De esa forma cada uno, de acuerdo a sus intereses y deseos, va descubriendo sus espacios. Un gran lienzo baña la sala de chispeantes escenas en las que el objeto o idea libro son el corazón. Un acordeón de preguntas cae desde el cielo y una máquina de escribir reúne secretos.

La médula es poder recibir las creaciones y que la sala se vaya poblando de nuevas ideas, de visiones que no estaban, que la exposición se autoconstruya con la comunidad. En esta estructura cada asistente encuentra sus propios límites y se autorregula en el cariño de cuidar el espacio, de sentirse bienvenida, bienvenido y bienvenide en sus propias curiosidades o sentimientos. Nuestras vivencias más sencillas pueden ser un tesoro para otras, reconocer nuestros pensamientos y experiencias nos conecta.

¿Con qué cosas te fanzinas? ¿Cuál es tu equipaje? ¿Cómo disfrutas tus letargos?

Para esta activación armé cinco fanzines (publicación casera y de rápida circulación) que entregan herramientas para autopublicarte, armar un afiche, liberar un secreto, relacionarte con tu espacio interior y sintonizar a tu cuerpo como fuente de gozo.

Confío en que la precariedad, rapidez y lucidez que entrega este formato editorial es fundamental. El crítico literario I.A.Richards dice, “un libro es una máquina para pensar”, y sí, el propósito de un fanzine en su primer brote es dar lugar a un pensamiento, traer una idea del aire a la increíble potencia de la materia en la palabra escrita, el lenguaje del dibujo o en la mancha. Es un libro popular, sin pretensiones, de ahí su atractivo. En ese espacio que puede tener una página plegada gracias a la participación activa se puede tener una comprensión profunda de pensamientos y sentimientos, junto con una circulación inmediata de éstos. Un juego formidable de experimentación y coraje, yo diría fanzinante.

*Esta exposición se co-creó entre Estudio Repisa (Sandra Marín) junto a Maya Mercer y Maru Rohde en el Museo Nacional del Grabado de Buenos Aires.