Fénix y Flux: escalando la industria del plástico reciclado a través del diseño

La diseñadora Cristina Yavar junto a sus hermanos quieren potenciar la industria del plástico reciclado apostando por un gran valor estético y mayor funcionalidad. Todo empezó porque encontraban que los productos que se hacían a partir del reciclaje no tenían atractivo estético y que esto frenaba su uso y consumo. Conscientes de la magnitud de los desechos plásticos que se generan anualmente en el mundo, buscaron una forma para resignificar y valorizar el plástico luego de su consumo y uso industrial, pensado que «consumir sustentable no puede ser filantropía» y en masificar la economía circular.

«Si lográbamos hacer productos con un alto valor estético, funcional y además, sustentables, íbamos a lograr masificar la sustentabilidad», dice Cristina. Con eso en mente crearon un plástico reciclado a partir de plásticos HDPE (nº2) y PP (nº5) y decidieron reciclar, diseñar y fabricar localmente en Chile, para privilegiar la calidad y un alto estándar. Un material que sus clientes han llamado «mármol sustentable», cuenta Cristina Yavar, -por sus vetas de colores, de distintas formas, sobre bases blancas o negras-, y que aprovecha las bondades del plástico; es impermeable, higiénico, resistentes al calor, fácil de trabajar y manipular y sin sustancias tóxicas.

Primero comenzaron bajo la marca Planeta Fénix, a producir mobiliario infantil y artículos para la casa, y hace unos seis meses comenzaron un nuevo proyecto, Plástico Flux, donde fabrican y comercializan paneles de revestimiento de plástico reciclado que puede ser utilizado en diseño de interior y exterior. Hoy FENIX es una plataforma de economía circular y reciclaje que busca resignificar y valorizar el plástico post-consumo y post- industrial. «Hoy no hay nadie en Chile o Sudamérica desarrollando lo que hacemos. Estamos revalorizando 3 toneladas mensuales de envases de champú y detergentes y descartes postindustrial, que probablemente terminarían en vertederos», cuenta Cristina.

Con Planeta Fénix su línea de mobiliario infantil, la idea es que el plástico reciclado sea protagonista, y así concientizar desde pequeños a los niños de dónde viene este material, aportando al ciclo de vida circular de sus productos que van desde sillas para comer, columpios, mesas, correpasillos y carritos, a productos para la casa como tablas y mesas de centro.

Con Plástico Flux entraron al mercado del interiorismo, en una nueva escala, desarrollando paneles de revestimientos de distintos grosores, entre 6 mm a 20 mm y formatos (110 x 110 cms y ya luego el de 120 x 200 cms). Estos significan entre 9 a 29 kgs de plástico reciclado. Con el objetivo de hacer algo bello de lo que alguna vez fue basura, cuentan con una variedad de colores que va cambiando, siempre manteniendo 4 modelos base, piezas únicas por lo demás, ya que los patrones van a ser siempre algo distintos, dependiendo de la materia prima, es decir del plástico que se vaya desechando. Su catálogo cuenta con Soda (blanco-verde), Azúcar (blanco-colores), Cotillón (negro-colores), Granito (negro-blanco) y Dálmata (Blanco-negro). También han agregado la opción de personalizar el diseño.

Además, elaboraron un manual de uso descargable para poder trabajar con este material, el que se puede pulir, taladrar, cortar, fresar, termoformar y realizar uniones, ya sea con adhesivos, tornillos, pernos o tarugos.

Puedes revisar sus productos en: www.planetafenix.cl y www.plasticoflux.cl