Como Formafantasma quiere transformar el diseño (y de paso el mundo)
Este estudio formado por Andrea Trimarchi y Simone Farresin, dúo de diseñadores italianos afincados en Holanda, está expandiendo la práctica del diseño, más allá del producto o lo estético, revisando y planteando preguntas sobre sus implicancias políticas y ecológicas, las dinámicas de los procesos de producción, la manera en que utilizamos los materiales y su implicancia territorial y cultural.
Su propuesta crítica los lleva a mirar donde el diseño en general no se ha estado enfocando, el ciclo que recorren los productos, desde la materia prima, la extracción, la producción, la distribución y qué pasa con ellos cuando termina su “vida útil”. Su visión tanto de materiales, procesos y productos es sistémica y compleja, considerando en sus investigaciones las distintas esferas con que se cruzan, desde la ciencia, la política, la historia, la geografía, la economía, la arquitectura, el arte, entre otras.
FormaFantasma está liderando el cambio en la manera en que entendemos cómo opera el diseño, desde un enfoque holístico y multidisciplinario. Su práctica se divide en dos, una parte más comercial y la otra, más radical y crítica, donde realizan proyectos propios basados fuertemente en investigación. Una especie de paradoja –dicen-, donde un área va alimentando a la otra y viceversa. Su último trabajo de interés personal fue Cambio, exposición nacida de una exhaustiva investigación que se sumergió en cómo se mueve la industria de la madera y su impacto a nivel global. Inaugurada en plena pandemia en la Serpentine Gallery de Londres, sorprendió tanto por la forma de abordar el tema mediante distintos formatos, como por su innovadora museografía; instalaciones, algunos tótems, videos de corte documental y ensayístico (sobre la visión de un árbol de los humanos), una gran muestra de archivos, documentos y objetos, además de mobiliario producido especialmente para este proyecto a partir de un pino caído en una tormenta provocada por el cambio climático.
Sus trabajos y colaboraciones con clientes, también entregan una propuesta con su sello, por ejemplo la creación de azulejos esmaltados a partir de cenizas volcánicas en Ex-Cinere en colaboración con Dzek (compañía que crea productos para arquitectura guiados por la naturaleza) o la lámpara de pared WireLine en colaboración con FLOS (compañía de iluminación), un ejercicio de reducción donde solo utilizan dos elementos, una versión aplanada de goma del cable eléctrico que sostiene una fuente de luz led.
Lo que buscan, más allá de criticar, es realmente generar cambios o empezar a mover piezas dentro de los sistemas que aseguren un futuro mejor, más sostenible, con más respeto para tanto humanos y no humanos, pues creen que el diseño tiene una capacidad transformadora y productiva única. Hace dos años están trabajando en educación, dirigiendo el Máster en GeoDesign en la Academia de Diseño de Eidnhoven (Holanda) que consideran una suerte de extensión de su práctica, donde les interesa que sus alumnos cuestionen las arraigadas formas de practicar el diseño, desde las prácticas de consumo, producción y apropiación del mundo en que vivimos y su biodiversidad.
Tras “Cambio” recibieron muchos premios, entre ellos el de la revista Wallpaper como Diseñadores del año 2021, por personificar lo que el diseño significa hoy en día, “reúnen formas exquisitas, materiales inusuales (entre ellos polímeros basados en plantas, cenizas volcánicas y desechos eléctricos), y la convicción de que el diseño puede orientarnos hacia una ciudadanía más responsable y un mundo mejor”. Un premio que recibieron con alegría porque aunque no cambia su trabajo diario, “reconoce nuestra práctica como relevante para los tiempos difíciles en los que estamos viviendo. Y la lucha y los esfuerzos que son parte de nuestra propia práctica que aborda las dificultades de actuar como diseñadores en el siglo XXI”.
Conversamos con ellos sobre sus procesos de trabajo y cómo visualizan el rol del diseño y los diseñadores para la sociedad futura.
RM: ¿Nos pueden contar un poco más de su metodología y proceso creativo para el desarrollo de sus proyectos basados en investigación?
FF: El enfoque puede cambiar de vez en cuando, pero esencialmente lo que hacemos es comenzar desde un punto de partida, por ejemplo, en la exposición Cambio partimos del interés por cómo se extrae la madera de los bosques y por comprender las dinámicas y políticas que dan forma a esta industria. En la investigación inicial revisamos material impreso o publicado en línea, por lo que es una investigación bastante informal. En la segunda parte analizamos esencialmente la gobernanza, material publicado de instituciones gubernamentales y en algunos casos, ONGs. Luego de esto, cuando encontramos un enfoque aún más preciso, comenzamos a contactar a una variedad de diferentes profesionales que creemos que pueden aportar en la comprensión de lo que estamos observando. Específicamente nos acercamos a científicos, siempre es interesante tener entrevistas con ellos, porque se permiten decir cosas, sacar conclusiones o hacer conexiones con otras prácticas u problemas, que el tono académico del artículo que están publicando a menudo no se los permite. Después de esto vamos individualizando una o varias problemáticas de diseño que, de alguna manera, podamos abordar para posibles intervenciones.
Cuando hacemos este tipo de investigación, no solo es útil en términos del cuerpo de conocimiento que adquirimos al hacer estos procesos, sino que también nos permite explicar más claramente la forma en que tenemos que trabajar. Por ejemplo, después de Cambio nos contactaron varias compañías magníficas de la industria del diseño de muebles (Artek en específico) para extender la conversación que buscamos hacer con Cambio, para que su propia empresa comprenda cómo nosotros, como diseñadores, podemos aplicar nuestro pensamiento y nuestro enfoque de investigación a su propia práctica. Por lo tanto, también es una forma de mostrar cómo el diseño puede operar más allá del producto, siempre considerando que estamos capacitados, actuamos y nos desempeñamos como diseñadores de producto.
RM: La unidad entre territorio y materias primas está presente en muchos de sus proyectos, tanto exhibiciones como desarrollo de productos, por ejemplo hablan de la cultura de la lava, ¿nos pueden explicar este concepto de la cultura del material?
FF: Siempre nos ha interesado la relación entre la extracción de materias primas y sus transformaciones en productos. Y eso va desde una perspectiva técnica y desde una perspectiva cultural. Cuando mencionamos, por ejemplo, la cultura de la lava hablamos de ese proyecto específico geoubicado en Sicilia, en el volcán Etna (De Natura Fossilium). La referencia fue cómo se utilizó esencialmente el basalto en la zona, principalmente para la arquitectura, pero la intención de la obra implícitamente es desarrollar una cultura de la lava que está allí, en ese lugar. El punto de partida fue la idea de trabajar con un material mineral no extractivo, las cenizas volcánicas, y comprender de qué diferentes formas podríamos utilizarlas (vidrio, fibra, etc). Estábamos fascinados por la idea de una montaña que se está excavando a sí misma y expone sus materiales. Recientemente hemos estado desarrollando trabajo para la obra que se denominó De Natura Fossilium con la colaboración de Dzek, una narrativa de materiales arquitectónicos con los que desarrollamos Ex-Cinere, azulejos esmaltados con ceniza volcánica.
Lo interesante es que nuevamente estamos tratando de revertir una forma específica de comprender el diseño y la producción, a menudo basada en el estilo. Por ejemplo, cuando trabajábamos con el productor nos preguntaba todo el tiempo sobre el resultado estético que queríamos lograr y les explicábamos que no estábamos interesados en eso, si no en el desarrollo de su trabajo, que está basado en su ubicación. El contenido del trabajo es exactamente eso, no se trata de lo que queremos lograr, si no de lo que es posible producir cuando se radica en una localidad específica.
RM: Han dicho que el diseño debería implicarse más con las responsabilidades que conlleva, ¿cuál es el problema del diseño actualmente?
FF: El problema con el diseño hoy, creo que es un problema que solo el diseño tiene, y es que como disciplina es extremadamente transformador y a la vez es una herramienta para la acumulación de riqueza y de capital. Esa siempre ha sido su lucha, pero también lo vemos como un potencial, es la dimensión intrínseca del diseño, su contribución a la expansión económica, pero también a la transformación socioeconómica y cultural e incluso ecológica a estas alturas, ya sea aportando a la disrupción o a la sanación. Y creo que esta complejidad es la que hace al diseño interesante.
Pero en el día a día somos diseñadores y como tales tenemos que cuestionarnos, ¿hasta qué punto queremos aceptar algunas solicitudes? Y otras veces, ¿cómo podemos cuestionar esta solicitud?, ¿cómo le damos la vuelta? y ¿cómo podemos afrontar este tipo de cuestionamientos cuando trabajamos a nivel comercial? Creo que en esencia estas son las preguntas a las que se enfrentan los diseñadores en la época contemporánea. Estas son las preguntas que nuestros estudiantes enfrentan a diario. Por ejemplo, ¿cómo puedes amar la idea de trabajar con un determinado material porque estás seducido por él y sus cualidades, y al mismo tiempo reconocer sus implicaciones ecológicas? Y sí, básicamente este es el problema del diseño, cómo manejar esa tensión que siempre ha estado ahí.
RM: Desde el año pasado dirigen el Máster en Geodesign de la Academia de Diseño de Eindhoven en Amsterdam, ¿cuáles son los objetivos del programa?
FF: El máster de la Academia de Diseño en Eindhoven es reconocido por educar a una generación de diseñadores que están observando las implicaciones y consecuencias del diseño y, específicamente, investigando, criticando y, posiblemente, transformando la infraestructura sobre la que se desempeña el diseño al entregar servicios o productos. Y eso significa enfocarse en todo aquello en lo que el diseño no se ha estado enfocando durante mucho tiempo, el proceso de extracción, la distribución, la vida de los materiales después de su uso. En el Departamento, estamos centrándonos en las preguntas, al menos en los primeros años, y luego posiblemente, en actuar en el papel que juega el diseño, no solo para los humanos, sino también para otras especies. Tenemos una preocupación ecológica, por supuesto. La intención es educar a una generación de diseñadores que tenga menos clichés, sino una perspectiva holística sobre la práctica del diseño con una preocupación específica por los procesos y entramados de la extracción de materiales en el mundo y su distribución.
RM: ¿Cómo se plantean la enseñanza del diseño para la futura generación de diseñadores?
FF: Partimos por las cosas con que luchamos por abordar dentro de nuestra propia práctica hoy, incluso si notamos que son emergencias. Vemos la enseñanza como una extensión de nuestra práctica y planteamos a nuestros alumnos algunas de las preguntas complejas a las que nos enfrentamos como profesionales. Ellos pueden abordarlas en un nivel más radical y libre, al no estar necesaria o directamente posicionados en el mercado todavía. Honestamente, también es una conversación constante con los estudiantes, ellos también están llevando al Departamento donde sienten que es necesario. Y así también la conversación sobre qué es GeoDesign es una pregunta abierta. La Academia de Diseño está basada en esta idea que el paciente se forma a partir del diseñador, el semejante y el grupo colectivo.
Nosotros como Departamento estamos tratando de impulsar un tipo de cooperación más colectiva, sobre todo impulsando a los estudiantes para que comprendan que cuando se involucran en un proceso de investigación, o investigan un tema o un objeto, la información que recopilan, los conocimientos que adquieren, deben registrarse en tal forma que pueda estar disponibles para otros. Entonces la perspectiva del autor está en la manera en la que decidas actuar y transformar en el mundo en función de esa información, pero el cuerpo de la investigación debe estar disponible para otros.
RM: ¿Qué etapa se viene ahora para FormaFantasma?
Definitivamente la conclusión de la exposición Cambio y su inauguración durante la pandemia, se sintió realmente como el cierre y la apertura de un proceso, una especie de cierre de 10 u 11 años de estudio y la apertura de un nuevo capítulo, donde entendimos con más claridad las implicaciones de nuestros trabajos iniciales. Todos esperamos que nuestro próximo proyecto de investigación sea aún más atómicamente crítico, así como transformador dentro del tema que abordemos, y que en los años a venir nos volvamos más parejos en la paradoja, más comerciales por un lado y más radicales por el otro y posiblemente encontrar un momento de intersección entre estas dos partes.