Superselfie de Felipe Prado, el culto a la identidad digital

Felipe Prado se mueve por el mundo del arte desde las múltiples posibilidades de la imagen digital, desde las instalaciones lumínicas, el mapping y la creación de obras audiovisuales, especialmente videos (es un reconocido director de los videos de bandas y solistas de la escena local chilena). Sus variados intereses lo han llevado a experimentar, primero en relación a la música, participando en Festivales de Arte Digital como Pixel Fest en Rusia o LociLab Weimar en Alemania. Otra etapa de su trabajo se ha ido desarrollando con una serie de instalaciones multimedia donde ha podido unir varias de sus inquietudes e integrar distintas áreas de su trabajo, como Picto Sender Machine en el Amsterdam Light Festival y ahora Superselfie, “Este proyecto es parte de una serie de instalaciones en producción, que tienen que ver con nuestra relación con las redes sociales, el desnudamiento de nuestra privacidad, la construcción de nuestra identidad en el espacio virtual, la ordenación del mismo y su percepción como territorio”, nos cuenta Prado.

Felipe utiliza la tecnología y la creación de máquinas lumínicas para su trabajo y software de reconocimiento corporal, en Picto Sender Machine, un muro lumínico reflejaba las siluetas de la gente pixeladas, una representación lúdica de la imagen corporal que invitaba a interactuar, ahora con Superselfie va más allá, cuestionando el “autorretrato” por excelencia de este época, “un mundo donde somos consumidores de bienes y software de alta tecnología, cuyo diseño y propósito están completamente fuera de nuestro control. Se entrelazan en la vida cotidiana hasta que ya ni distinguen de esta”.

La instalación consta de dos módulos, uno que permite mirar dentro de un cubo rojo de espejos acrílicos, con un aro de luz blanca y una cámara escondida. Esta toma una foto y la envía a un software para que la recorte y refleje en una enorme pantalla LED de 3.2 x 2,5 metros. Además, cuenta con la opción de apretar un botón para dejar la selfie en un “módulo de exhibicionismo” y dejar la imagen 10 segundos en la pantalla, un tiempo para verse y que los otros te vean.

Con Superselfie hace patente su interés y cuestionamiento del culto al ego, la exposición y la contradicción del estar, pero no estar, con la posibilidad de que la presencia no esté asociada al cuerpo físico en estos tiempos. Las redes sociales permiten pensar que los sujetos pueden “controlar” su propia imagen y modelar su identidad digital en este nuevo entorno. Pero como dice Prado son bajo reglas que dictan aplicaciones controladas por el mercado, “nos vemos sometidos a un peligroso cruce entre capitalismo y ego que trae consigo la objetualización de la identidad”. La idea de Superselfie es establecer por instantes una “red social offline” donde estamos físicamente próximos a nuestra audiencia. “La obra pretende re significar por instantes, dentro de esta pequeña comunidad espontánea, el acto de la selfie en una suerte de ritual colectivo”.

Este proyecto nace del descontento que Prado tenía con la fotografía, donde se le hacía cada vez más difícil genera singularidad, por el rápido consumo de las imágenes que predomina en el sistema actual. “A modo de terapia y tratando de usar la cultura visual actual a mi favor decidí construir esta máquina fotográfica para selfies que expone al usuario al peor ángulo, no posee instrucciones claras ni referencias de imagen, no cuenta con AI que ayude a mejorar las condiciones de iluminación o las formas, el lente está escondido entonces no sabes dónde poner tu cara. Solo tiene un botón de disparo. Agregando el componente de la curiosidad del usuario y el factor sorpresa, creo que se obtienen retratos originales”.

El resultado es expuesto en una gran pantalla led de baja resolución, “te obliga a consumir una imagen olvidando el scroll, sacando la fotografía a la calle, un lugar donde no pertenece. Agrega también la pausa -la imagen se expone durante 10 segundos en la pantalla- y permite a la comunidad ser parte de la imagen al generar una interacción colectiva. Creo que este proyecto demuestra la capacidad que tienen las imágenes para modificar una situación”.

Superselfie comenzó en Matucana 100 y ha ido itinerando por distintas muestras artísticas en el mundo, En Chile pasó por centro culturales en Rancagua y San Felipe y en el extranjero ha estado en Atenas, Grecia, en el Athens Digital Arts Festival y en Medioriente en el Jax Art Festival en Riyadh, Arabia Saudita.

Para revisar más: www.prado.ws